Nos encontramos en un apartamento de 150m2 situado en una primera planta. La gran ventaja, a parte de tener que subir pocos peldaños, es que cuenta con dos terrazas y un balcón amplio. Por otro lado, y a pesar de estar en un primero, impresiona la cantidad de luz natural que entra en todas las estancias, ya que no tienen ninguna edificación alrededor que les haga sombra.
Como la mayoría de las viviendas de los años 70, inicialmente la casa tenía un pasillo largo y oscuro a partir del cual se distribuían el resto de estancias. Eliminamos todos los tabiques que dividen la zona de día, acto que se ha convertido casi en una costumbre. El resultado son espacios generosos y confortables.
iluminación natural
espacios generosos
blanco + negro + madera